Plataforma de Houellebecq


Título: Plataforma
Autor: Michel Houellebecq
Año: 2002

Sinopsis Plataforma

"El masoquista manipulador no se conforma con ser desgraciado; 
quiere que los demás también lo sean"

"Michel, parisino de cuarenta años, es funcionario en un ministerio. Apocado y apático, está aburrido de todo y se siente incapaz de experimentar ninguna emoción. Poco después de la muerte de su padre decide partir: lo esperan unas vacaciones en Tailandia para olvidarse de todo y sumergirse en un paraíso de placer. En el oasis del turismo sexual, Michel vive un encuentro de imprevista intensidad: conoce a Valérie, directiva de Nouvelles Frontières. Ese encuentro será un hecho excepcional para el mundo chato e insensato en el que Michel habita desde hace años, ya que Valérie es capaz de sentir placer, sabe cómo realizar sus deseos y no se siente amenazada por ningún fantasma.

De vuelta en París, cautivado por la vitalidad de Valérie, Michel emprende, junto a ella y un amigo, una aventura empresarial: crean una red mundial de colonias turísticas en las que el sexo se practique libremente, los deseos estén en venta, la prostitución sea una actividad legal. La iniciativa conoce un éxito inmediato. Pero poco después la tragedia se precipita. Vidas aburridas, placeres degenerados, occidentales decepcionados, integristas de toda laya... Todo ello contra el trasfondo de un amor auténtico, absoluto. Una novela que, al poner en su punto de mira el cinismo erótico de la sociedad de consumo, ha conmocionado a Francia. A la mirada gélida de Las partículas elementales o el clima sofocante de Ampliación del campo de batalla se agrega aquí la feroz e inquietante ironía de quien sabe desentrañar, sin piedad, el sinsentido de los negocios humanos."

     Polémica novela de Michel Houellebecq, que gracias a esta obra, aparte de ser ya considerado misógino, amargado y pornógrafo, además consiguió que se le tomase por racista irredento. Una serie de citas en la obra y comentarios de este a los medios hicieron que numerosas asociaciones feministas e islamistas le llevasen a juicio en el año 2002. Finalmente fue absuelto de todas las acusaciones ya que en un estado laico la libertad de expresión ampara a todos sus ciudadanos.

     Poeta, escritor, filósofo y sobretodo un autor provocador que no te dejará indiferente.


Reseña Plataforma

"Nos convertimos en un país de mendigos piojosos.
Sí, mendigos llenos de piojos, eso es lo que somos. ¡Chusma, chusma!…"

     El cáustico y provocador autor francés Houellebecq lo vuelve a hacer. En esta obra nos muestra una particular visión de la vida del hombre medio occidental actual. Un hombre medio, eso sí, hastiado de la vida.

     Hastiado, pero que no anda con chiquitas. A este hombre le da igual a quién le zurra. Sin pelos en la lengua, ataca a la corrección política, la hipocresía occidental y el radicalismo religioso. Es incapaz de guardar para sí mismo ningún tipo de declaración. Supongo. A saber qué pasará por dentro de su cabeza.

     Pero ¿es Houellebecq simplemente un provocador? No lo creo. Hay que leer entre líneas a este autor, saber desentrañar los supuestos que nos plantea.

     HOUELLEBECQ TE GOLPEA PARA QUE DESPIERTES Y PIENSES.

     Por ejemplo: Cuando se ríe de los occidentales que disfrutan yendo a locales sadomasoquistas, hay que fijarse en el por qué de la existencia de estos lugares. En una sociedad egoísta y hedonista, en la que el individuo atomizado es incapaz de conectar emocionalmente, el dolor se describe como algo erótico añadido al placer, para alcanzar el autodescubrimiento. El gusto de sentir algo propio al límite, como un deporte de riesgo.

     La alegría da un contrapunto a esta novela en la que Michel, junto a Valerie, sirve para mostrar las ideas de Houellebecq. Una relación sentimental y sexual que llena de satisfacción al protagonista al encontrar a "alguien normal en un mundo de locos", y de miedo por perder a esta persona.

     Porque si en occidente se han ganado muchas cosas con los adelantos tecnológicos, científicos y sociales, se ha perdido una cosa muy sencilla pero fundamental: el amor. Se ha cambiado la entrega mutua de antaño por caprichos y egoísmo. El dar y recibir por las exigencias. El sacrificarse por alguien querido por el aprovecharse de los demás...

     Puede resultar incómodo de leer algo tan crudo, una novela de fantasía o romántica serán más amables, las de acción más entretenidas y las policíacas más curiosas; pero esta novela tiene algo muy importante: nos muestra una parte de la cruda realidad, una parte de nosotros mismos como sociedad, una parte que no queremos ver, o en la que intentamos no pensar. Y Houellebecq nos la trae con gusto y sadismo.

     No se trata de un acto de perversión, sino más bien de denuncia social; un acto de llamamiento a la conciencia de cada uno de los lectores de su obra, para abrirles los ojos a algo que muchos sospechan, algunos ven y pocos afrontan.

     Una obra sobre la crisis de la mediana edad, y de la base de la sociedad occidental. En esta novela, Houellebecq se dedica a repartir estopa a diestro y siniestro. Unas reflexiones profundas cargadas de amargura. La visión de las cosas que da la edad, junto con los desengaños acumulados con el tiempo tienen mucho que ver.

     La explotación del primer mundo sobre los países en vías de desarrollo alcanza un nuevo paradigma a través de los ojos del protagonista de esta novela. Michel viaja a Tailandia y descubre que los ricos occidentales (hombres y mujeres), viajan a estos países en busca de la felicidad. Una felicidad que simplemente basan en el sexo, la facilidad para conseguirlo y sobretodo, aunque poca gente se de cuenta de este detalle,  en la alegría que produce el contacto sano entre personas.

     Como resume el personaje de Tyler Durden, en "El club de la lucha", "trabajamos en sitios que odiamos para comprar cosas que no necesitamos".  En sus países de origen, los occidentales lo tienen todo. Excepto algo fundamental: la felicidad y la falta de sexo.

     Un occidental dispone de TV, coche, accesorios de lujo, teléfonos móviles, servicios públicos y privados, dinero y un largo etcétera, pero carece de contacto con los demás, no puede disponer de su tiempo, un muro invisible separa a la gente en las grandes ciudades y no es difícil sentirse sólo en una multitud, ya sea en el metro o en la calle.

     Pero es hipócrita esto que Michel piensa. Cierto que en occidente la visión que muestra Houellebecq es en muchas ocasiones cierta, pero es que Michel es un cínico y un amargado. No es capaz de sentir apenas empatía ni de esforzarse por hacerlo. Además, ni todos los occidentales tienen tanta suerte de ser ricos, ni los habitantes de lugares turísticos le prestan la misma atención a alguien sin dinero.

     Para Houellebecq, el occidental ha perdido la sencillez en el vivir, cosa que los habitantes de las zonas turísticas sí que poseen. A saber: más alegría, pese a los problemas del día a día, mejores alimentos, más naturales y menos precocinados, un hábitat más sano y hermoso, no tan contaminado como las metrópolis occidentales, una sexualidad más abierta y constante, etc... pero sobretodo,el amor; hay gente que todavía se entrega a los demás, sin ser egoísta.

     La ironía perfecta: una parte de occidente quiere lo que hay en esos países, y muchos habitantes de los países en vías de desarrollo quieren vivir como los occidentales. En definitiva, una obra incómoda de fácil lectura, pero que requiere leer con detenimiento.
      
     Lo mejor: La cantidad de temas que directa e indirectamente trata. Si ya conoces a este autor, esta obra está a la altura de tus expectativas.

     Lo peor: Demasiadas escenas explícitas, que resultan redundantes. Una temática incómoda para algunos.

Consigue aquí el libro: Plataforma (Compactos anagrama)

1 comentario:

  1. Buenos días!!

    Soy Esther G.R. del blog El Lado Oscuro y también formo parte de "Todos Contra Todos" (te habrá llegado al mail la lista de blogs) y de "Seamos seguidores".
    Por supuesto te sigo y espero verte por mi blog .

    Un abrazo y nos leemos.

    ResponderEliminar