Hoy os traigo una película
dura, cruda y que rezuma bilis. Sin violencia gratuita, eso si. De
Lars Von Trier pero muy diferente a “Melancolia”.
Si aquella era ciencia-ficción, esta es una obra que habla del alma
de las personas y de su capacidad de hacer daño.
Película: Dogville
Director: Lars Von Trier
Reparto: Nicole Kidman, Harriet Andersson, Lauren
Bacall, Jean Marc-Barr, Paul Bettany, Blair Brown, James Caan, John
Hurt
Año: 2003
Sinopsis
Grace (Nicole Kidman) llega
a Dogville huyendo de una banda de gángsters. Este es un minúsculo
pueblo que vivió de la minería, aunque jamás llegó a prosperar y en el que hoy apenas quedan
habitantes. Al encontrarse con Grace, los habitantes no están
seguros de si delatarla o no, pero Tom, uno de los vecinos, convence
con buenas palabras al resto de la población para esconderla de sus
perseguidores. A cambio, Grace deberá ayudar en el pueblo y trabajar
para ellos.
La vida es agradable para
Grace, la comunidad y ella se entienden a la perfección. Siente que
se está enamorando de Tom y podría llegar a vivir allí toda la
vida.
Pero pronto se complicará
todo debido a la presión policial derivada de su búsqueda y de las
peticiones de los habitantes de Dogville, que cada vez le exigen más
por darle cobijo dado el riesgo que corren al resguardarla.
Y lo que mal empieza, peor acaba;
la maldad y la brutalidad de los lugareños se hará patente hasta un
punto que Grace jamás hubiese imaginado.
Crítica
(Hay cosas que debe hacer uno mismo)
Nos encontramos ante un
drama y una película dura que nos pondrá de muy mala leche. La actitud de
los habitantes de Dogville hacia Grace demostrará que la bondad
humana es relativa y que dentro de cada persona vive un demonio capaz
de las peores fechorías.
El modo de presentarnos la
película es un gran acierto: Un plató vacío, con tan sólo unos
pequeños elementos escenográficos, con las casas y sus habitaciones
pintadas en el suelo a modo de plano, que nos permitirá ver en cada
momento las actividades de cada uno de los vecinos, demostrando la
diferencia entre las palabras y los actos de estos (la hipocresía imperante). La crítica hacia la actitud de las personas en general ante el débil y la pleitesía al fuerte o poderoso queda patente en una película acertada y llena de dureza.
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